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Uno de los objetivos de la educación del siglo XXI debe ser que las nuevas generaciones asuman la diversidad afectivo-sexual con normalidad y naturalidad, sin prejuicios absurdos que solo conducen a fobias sin sentido. La coeducación es la clave. Una buena acción coeducadora a nivel de centro, de aula y entorno es fundamental, entre otros, para prevenir la violencia machista y LGTBIfóbica.
La realidad LGTBI es una constante tanto dentro como fuera de las aulas. No podemos cerrar los ojos y negarla. En un centro educativo, existimos diferentes personas y personas diferentes. Hay diversidad de estudiantes, de profesorado y de familias LGTBI. Todos estos colectivos, y personalmente como docente y lesbiana, tenemos la necesidad de ser aceptados, reconocidos y queridos.
El objetivo de esta píldora era y es la de favorecer la creación de herramientas y propuestas didácticas que faciliten la educación en la diversidad afectiva y sexual. Para la Federación de Enseñanza de CCOO, es de vital importancia acompañar y apoyar a los y las docentes a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Como ponente, procuré que la jornada fuera práctica y participativa y pusiera de manifiesto que hacer una apuesta por la diversidad es enriquecerse y optar por la felicidad.
En esta píldora formativa, con más o menos destreza y mucho entusiasmo, trato los siguientes puntos:
1. Terminología básica para trabajar la diversidad afectivo-sexual. El profesorado, para abordar la diversidad, al igual que cualquier temática, necesita tener unos conocimientos básicos al respecto. Dadas las limitaciones de tiempo y con resignación, hago una pequeña pincelada.
Como maestra y psicopedagoga insisto en la necesidad de la formación inicial y continua de los docentes en este ámbito y en el resto.
2. Propuestas para incorporar la atención a la diversidad afectivo-sexual en el centro. El lenguaje que utilizamos diariamente tiene una gran importancia. Educamos para la vida y esta es diversa, con lo cual debemos reflejar esta realidad con un lenguaje inclusivo, el cual debe recoger de forma explícita y clara la diversidad. Existen múltiples posibilidades para trabajar dentro del currículo. Es básico integrarlo de forma interdisciplinar y transversal en todas las asignaturas y en todos los niveles educativos.
Todas las materias, más allá de los contenidos, deben contribuir al fortalecimiento de las capacidades afectivas del alumnado y a una aceptación de las diferencias que permita superar, entre otros, los comportamientos sexistas y las actitudes homófobas.
En el tratamiento y resolución de los conflictos provocados por el sexismo, la homofobia y la transfobia, se debe priorizar el tratamiento del grupo agresor y la protección de la víctima, luchando y combatiendo los prejuicios y estereotipos mediante un trabajo sistemático, conjunto y coordinado en el centro, que evite la culpabilización y la problematización de la persona que sufre el maltrato. Por todo ello hay que establecer medidas preventivas que eviten exclusión por razón de sexismo, homofobia y transfobia en los centros educativos, empezando por los documentos oficiales de centro.
3. La atención a la diversidad afectivo-sexual en los diferentes documentos oficiales de centro: PEC (Proyecto Educativo de Centro), Plan de convivencia en el centro, PAT (Plan de acción tutorial). Para conseguir crear un marco de visibilidad, no discriminación y de inclusión educativa, es necesario que el proceso de enseñanza-aprendizaje vaya más allá de las intervenciones dentro del aula. Es indispensable que los planteamientos más globales del centro tengan presente la diversidad, donde todo el mundo esté contemplado y se pueda realizar un trabajo sistemático, colectivo y diario.
En estos documentos, entre otros, es necesario que explícitamente aparezcan la celebración de fechas contra la homofobia, el sexismo, etc., y las medidas que se deben llevar a cabo ante la aparición de situaciones de acoso.
4. Unidad didáctica con diferentes dinámicas y procedimientos para trabajar la homofobia y la transfobia en el aula. Una forma para introducir este tipo de contenidos de una manera más directa por el alumnado es mediante la unidad didáctica. En este apartado, presento emotivamente el cómic «Andrea», de Noelia Carrión, de la Escuela de Arte Pau Gargallo en colaboración con FECCOO. Este trata de la vivencia de una adolescente lesbiana que sufre bullying por su orientación sexual. De hecho, si le cambiamos el nombre, es un episodio traumático de mi historia de vida.
La atención a la diversidad afectivo-sexual se integrará de manera habitual en los centros y en las aulas. Nuestra actitud como profesorado hacia esta es básicamente el elemento más importante. Para trabajar la homofobia y la transfobia en el aula es muy efectivo y enriquecedor plantear situaciones reales y cotidianas desde un enfoque socioafectivo, donde el alumnado pueda vivenciarlas en su propia piel. En definitiva, que desarrolle una actitud empática que le lleve a modificar los propios valores y formas de comportamiento para conducirlo a un compromiso personal y transformador.
Quiero acabar con un enorme e inmenso agradecimiento: gracias por la presencia y curiosidad de los y las asistentes a esta píldora y aquellas personas que manifestaron su interés por venir y por diferentes motivos no pudieron. Todo lo que no es visible, no existe. La invisibilidad es caldo de cultivo de actitudes homófobas y sexistas.
