¿Iguales?

CORONA, CORONA, CORONA, VIRUS, VIRUS, VIRUS… La palabra más usada: coronavirus. Parece ser que la naturaleza ha venido a recordarnos que todas y todos somos iguales. Los grandes y pequeños países del mundo han sido azotados por esta pandemia. Pero, ¿somos iguales?

Yo, el juego en línea

A PESAR DE MI NOMBRE, NO SOY UN JUEGO, soy un problema en la vida de muchas personas, de muchas familias. Y es que, aunque en principio pueda parecer un entretenimiento inocente, soy peligroso porque creo adicción. Sí, como mi amiga la droga, ejerzo una poderosa atracción en algunas personas y me aprovecho de situaciones de vulnerabilidad para meterme en sus vidas. Existo desde siempre, pero en los últimos años he tomado visos de modernidad a través de las nuevas tecnologías.

Ángeles sin custodia

TE HE VISTO LLORAR, HE VISTO UN LLANTO SILENCIOSO, íntimo, como intentando no querer enseñar el dolor de tu interior y me ha dolido, no eres tú solo, la mayoría de los niños de padres separados sufren como tú, es el silencio en vuestro llanto y el de vuestros padres evadiendo su responsabilidad.

Yo, el abuso sexual

PARTO SIEMPRE DESDE UNA SITUACIÓN DE PODER SOBRE LA VÍCTIMA. Con frecuencia, de un familiar o de alguien de su entorno cercano. Prefiero que sean menores, porque puedo aprovecharme de su vulnerabilidad e indefensión, y sé que son más fáciles de controlar.

Yo, la droga

PUEDO SER VEGETAL, MINERAL O ANIMAL, puedo tener efectos estimulantes, alucinógenos, narcóticos o deprimentes. Siempre soy adictiva, en mayor o menor grado. Cuando soy poco adictiva me dicen “blanda” (como el cannabis); si lo soy mucho, me dicen “dura” (como la heroína o la cocaína). Destruyo familias, destruyo vidas.

Yo, la violencia

ESTOY EN TODAS PARTES Y, MUCHAS VECES, soy tan astuta que es casi imposible verme. No tengo patria, edad, clase social ni escrúpulos de ningún tipo: me ensaño con quienes son más vulnerables. Cualquier motivo es bueno para actuar y suelo llevar de la mano al maltrato, tan versátil como yo.

Sindicato y políticas sociales

LAS POLÍTICAS SOCIALES SON TAN AMPLIAS Y TRASVERSALES que es difícil resumir lo que Comisiones Obreras opina sobre ellas y todo lo que hace para su desarrollo.

Yo, la pobreza

EN TEORÍA, NADIE ME QUIERE, hasta hay un día dedicado a mi desaparición: el 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Sin embargo, a la vista de la realidad mundial, la lucha contra mí parece más bien postureo, porque recorro el mundo en todas direcciones, ensañándome a veces, muchas veces, en zonas geográficas o colectivos de personas, sin que nada me lo impida.

Yo, el matrimonio infantil

SOY UNA CLARA VIOLACIÓN de los derechos humanos de las niñas y más frecuente de lo que se piensa. Estoy en más de 100 países, incluso en los considerados “desarrollados”. Sí, también en España.

Yo, la esclavitud infantil

“EL NIÑO DEBE SER PROTEGIDO contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral” (Principio 9 de la Declaración de los derechos del Niño).

Yo, la discriminación

SOY UNIVERSAL Y ADOPTO MÚLTIPLES FORMAS. Pero todas tienen en común el trato desfavorable (maltrato, en mayor o menor medida) hacia personas a causa de cualquier característica física, psíquica, étnica, ideológica… Incumplo los derechos fundamentales del ser humano, trato a las personas con desprecio y les provoco graves secuelas físicas y/o psíquicas. No hay fronteras para mí; puedo aparecer en cualquier país, clase social, edad, raza, época histórica…, y causo consecuencias graves contra el bienestar social, generando intolerancia, violencia, racismo, xenofobia, exclusión social…

Yo, la migración de menores

TENGO MUCHAS CARAS. Puedo ir acompañada de mi pariente, la migración adulta, pero también puedo viajar sola. Puedo ir con todas las comodidades, incluso con lujo (relacionada con el mundo del fútbol, por ejemplo). A veces tengo cierta estabilidad y garantía de éxito, otras voy con lo puesto y sin saber qué va a pasar. En el primer caso me reciben con los brazos abiertos, sonrisas y regalos; en el segundo, con corrección; y en el tercero, no suelen recibirme bien, incluso a veces lo hacen con violencia.