Mientras nos cuestionan, una vez más, el año pasado 45 mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas o exparejas; y, en el tercer trimestre de 2020, la tasa de paro femenina se situaba en el 18,39%, mientras que la masculina quedaba en el 14,39%. Sabemos que esta crisis también ha acentuado aún más las dobles y triples jornadas de trabajo. La desigualdad sigue ahí, ¿dónde vamos a estar nosotras si no es luchando contra ella?
La verdadera tumba
La escuela seguirá siendo el gran foco donde trabajar valores que nos permitan avanzar como sociedad, y es que la verdadera tumba del machismo será la enseñanza pública y el profesorado jugará un papel crucial en esa batalla. Para ponerle fin con éxito necesitamos un sistema educativo fuerte con recursos suficientes, que avance en la revisión de contenidos y en la formación y actualización del personal docente.
A través de la necesaria –y puntual– ampliación del profesorado en escuelas, a lo largo de 2020 han sido miles los y las docentes jóvenes que se han incorporado a los centros para unirse al gran reto de la educación, propiciando un intercambio de contenidos y de aprendizaje entre diferentes generaciones de profesorado y un cambio importante dentro de las aulas. Es en ellas donde encontramos diferentes métodos de enseñanza y herramientas pedagógicas, e incluso a docentes que, a pesar de tener interiorizado el discurso de igualdad entre hombres y mujeres, emplean en el día a día un lenguaje, no necesariamente verbal, que condiciona a su alumnado y mantiene las estructuras de género.
El influjo de las nuevas docentes año tras año, y sin duda en este 2020, conlleva la entrada de aire fresco, de vitalidad y cambio con voluntad para cuestionar y replantear aquello que hay en su entorno, y que condiciona que cada niño y niña no salga de la escuela cada día más libre. ¿Esas docentes no existían ya en la pública? Siempre han estado, pero se han visto obligadas en muchas ocasiones a no tensar la cuerda, por las familias, por el centro o por la legislación. Ahora, con la llegada de la juventud, son mayoría y con ello ganan poder de cambio. Levantemos y ventilemos mesas, sillas, libros, para que lo que se elimine de las escuelas estos meses no sea solo el virus.