Mejora y homologación al alza de las condiciones retributivas y laborales del profesorado, incluyendo también licencias y permisos y acción social

LA DIVERSIDAD EN LAS CONDICIONES LABORALES DEL PROFESORADO EN LAS DIFERENTES COMUNIDADES AUTÓNOMAS SON EVIDENTES. Las CC. AA. tienen competencias en materia educativa y en la gestión de los recursos docentes, por lo que cada una de ellas decide lo que se destina a masa salarial del profesorado.

Pero esto no quiere decir que no haya que buscar un mínimo de homogeneidad, además de la que genera el grupo y nivel de complemento de destino que define el sueldo base y los trienios.

Es necesario buscar una homogeneidad superior a la actual en las licencias y permisos, la acción social con ayudas al profesorado y otras condiciones laborales asociadas a las normativas de gestión del personal. El Texto Refundido del Estatuto Básico del Empleado Público (TREBEP) establece un mínimo común de licencias, permisos, reducciones de jornada, excedencias y otras cuestiones para las empleadas y los empleados públicos que luego se amplían en los acuerdos, por un lado con Función Pública, y, por otro, en las mesas sectoriales docentes. En el Estatuto Docente debe incluirse una mejora del TREBEP, adaptada al sector, que sirva como un nuevo mínimo común. El punto de partida para esto debe de ser la regulación más favorable dentro de los actuales acuerdos sectoriales autonómicos.

Como hemos visto, otros apartados del necesario Estatuto Docente tratados en las páginas precedentes marcan condiciones que deben mejorarse muy significativamente y que deben ser comunes, como cuerpos estatales, para todos/as los/as docentes. El hecho de que el máximo de horario lectivo y de permanencia, las condiciones de carrera profesional, el derecho a la formación permanente en horario laboral y otros aspectos tratados se regulen con carácter básico, es decir, de obligado cumplimiento para todas las administraciones educativas, sumado a esta mejora de lo que marca el TREBEP específicamente para el sector docente, son buena parte de la homologación que necesitamos y demandamos desde el profesorado para que no haya agravios comparativos y nos igualemos al alza.

Una mejora y homologación de las condiciones de trabajo de los y las docentes y de las condiciones de cálculo de efectivos para los centros públicos, no solo contribuyen a esa igualdad dentro del colectivo, sino también a evitar que el sistema tenga diferentes condiciones que produzcan disparidad en el derecho a la educación. Las condiciones del profesorado están íntimamente relacionadas, ya hemos argumentado, con la calidad del sistema. Hay otros elementos que impactan en el sistema educativo público, pero el profesorado es el más importante.

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